En otras entradas he llevado a cabo breves menciones, quizás reseñas, sobre libros que considero son trascendentes de la filosofía científica, a saber, por su importancia histórica y por sus propuestas en la materia. En esa misma línea, me he dado a la tarea de ir subiendo apuntes y conceptos que he recogido a lo largo de estos últimos dos años de estudio informal sobre la Filosofía de la Ciencia, sobre la misma ciencia y el método que esta entraña.
Aunque nada se escribe sobre roca en la disciplina, como bien lo apunta Kuhn en sus tratados, pienso que es importante ir de vez en cuando construyendo ensayos que enriquezcan al ejercicio y sobre pensar de las actividades científicas y de desarrollo tecnológicos. Sobre todo, sí es que se está como individuo dentro del quehacer científico.
El libro que estoy a punto de mencionar y, quizás reseñar, es una obra que comprende una tesis sobre la relevancia de la ciencia y la técnica en la sociedad. En concreto, es una tesis sobre la axiología que estas tienen en el avance de las sociedades que bien les cultivan y cuidan dentro de su debida forma. A riesgo de parecer un reduccionista, diría que el libro es devoto a explicar la palabra — debida —.
Ciencia, técnica y desarrollo (Bunge, 2014) es un libro que comienza por describir, de manera sistémica, los conjuntos principales que conforman una sociedad: (a) subsistema biológico, (b) subsistema político, (c) subsistema cultural, y (c) subsistema económico. Como he venido presentando en todas mis entradas del blog, está vez no haré una excepción y dejo al lector ávido que descubra la ontología que expone Bunge en su libro. No obstante, tengo a decir que, de los sistemas, el cultural lo divide en dos, siendo uno de ellos la ciencia.
Bunge prosigue en presentar la taxonomía más comúnmente aceptada entre los practicantes actuales de la ciencia: (a) ciencia básica, (b) ciencia aplicada, y (c) tecnología. Sí bien los dos primeros capítulos del libro son esencialmente construidos desde una perspectiva de sistemas (i.e., descripción, importancia y funcionamiento de los elementos de un concepto), todo el libro es común a ello, quizás por que se busca poner a frente qué es el valor de la ciencia. Y tal vez este sea uno de los pilares mas fuertes de Mario Bunge, pues sus obras son, sin lugar a duda, orientadas a ser ontológicas.
Sobre la ciencia y la técnica, el libro describe en qué condiciones pueden y deben darse, resultando de importancia el que no sólo los contextos económicos favorables por sí solos implican su generación.
El autor es enfático en que se debe considerar tener en equilibrio los cuatro subsistemas de una sociedad para que el desarrollo técnico y científico sea integral, contrario a lo que ideologías del ejercicio político indiquen en su momento al ejercer su poder. Así, Bunge nos presenta un metaanálisis, diría de tercer orden, para desprenderse de todo sesgo y tratar de sistematizar el funcionamiento de una sociedad.
Aunque el autor no indaga sobre los otros ya referidos subsistemas, en el cultural, específicamente en el científico, se contestan a una serie de preguntas, exempli gratia, sí se puede hacer ciencia en el subdesarrollo (aportando ejemplos), sí hay ideología en el quehacer científico y lo que ha ello conlleva. Asimismo, se trata un tema que muchos no entienden cuando están fuera de un mismo sistema científico y que es la relevancia que tienen las universidades como formadoras de cuadros de profesionistas, así como del conocimiento que de ahí emana.
Diría, sin embargo, que el penúltimo capítulo es mi favorito, titulado como — Ciencia y filosofía —, en el cual se explican las cosmovisiones que permiten la incubación de hipótesis por cuanto se busca explicar la realidad y la naturaleza. Constituye uno de los capítulos que más me han gustado en libros del tema, puesto que expone de manera sistemática los principios de la ontología de la ciencia, así como la gnoseología. Más aún, dicho fragmento constituye un examen y revisión de los principios filosóficos inherentes de la investigación científica productiva, lo que quizás, al mismo tiempo, culmina la obra del autor, pues los capítulos precedentes son la base para decir, e instruir a la política, sobre cómo y qué es ciencia racional y productiva.
Con todo, el libro Ciencia, técnica y desarrollo de Mario Bunge es corto, claro y se podría decir instructivo. Una lectura no exquisita, sino de definición. Tal vez escrita para enseñar a los legos del quehacer científico sobre su importancia, y cómo los constructos y herramentales que de ello se generan terminan por agregar al avance de una sociedad.
Me gustó el libro. Sin duda. Mario Bunge quizás por ello es considerado un excelente ontólogo y es recurrido en obras de la Filosofía de la Tecnología. Sobre esto, en próximas entradas mencionaré, y quizás reseñare, libros de filosofía tecnológica.
Referencia
- Bunge, M. (2014). Ciencia, técnica y desarrollo. México D.F.: Grupo editorial siglo veintiuno.
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