De todos los futuros que algún día imaginé serían los años post-2020, jamás vislumbré que el periodo 2021-2022 tuviese este aspecto y sabor; es decir, acelerado, metálico y sombrío —para mal—, bajo una pandemia insuperable, y en puntos suspensivos que aún no terminan. ¿Hartazgo? Para nada. Ni que esto fuese aquél fatídico 2008. O quizás he aprendido que vale la pena centrarse sólo en lo de uno y olvidarse de todo aquello de lo cual no se tiene control, pues nada que hagas será lo suficientemente grande sino empiezas por ti mismo.
Y así, el inicio del año 2022 aunque sí que se ha tenido por arduo para mi —llevo tres trabajos de artículos científicos a los cuales me han asignado como revisor, y dos respuestas a manuscritos propios que sometí en 2021—, en realidad se ve que se puede llevar. Sobre todo porque ahora estoy por mi cuenta, y soy, ciertamente, independiente. No tengo nada más que decir de esto.
Por cierto, los mapas 3D generativos que adornan esta entrada los he obtenido por medio de código en Python, el cual escribí en mi tiempo libre estos últimos quince días. ¿Te gustan para un proyecto? Contáctame y vemos sí podemos hacer algo.
¡Hasta la próxima entrada!
Alejandro
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